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Pabellon del futuro iluminado el día 9 de febrero de 2007. La Cartuja Hoy

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Contrafoto para la «Cumbre»

ABC | Domingo, 17 de Enero de 2010, 17:04:14

Tal vez a algún dirigente de los 27 países europeos participantes en la primera de las cumbres previstas durante la Presidencia española de la UE se le pase por la cabeza visitar el antiguo recinto de la Expo 92, hoy en parte Cartuja 93, y buscar el que fuera pabellón de la Comunidad Europea, una singular estructura que hace 17 años plasmaba la alianza de doce países. Si fuera así, se toparía con un armazón abandonado en el que se superponen banderas descoloridas. Frente a él, igualmente, verían la escultura «Europa en el corazón», obra en poliéster de la artista francesa Ludmila Tcherina, cuya copia en bronce se exhibe frente al Parlamento Europeo, en Estrasburgo, que presenta un estado de deterioro francamente alarmante.

Simbolismo puro para reflejar la falta de interés por la conservación de uno de los pocos edificios de la Exposición Universal de Sevilla que queda sin uso en la Tecnópolis. Las promesas de recuperación por parte de Cartuja 93, de la Junta o del Ayuntamiento no han cuajado hasta el momento. El monolito policromado de 50 metros de altura, que fue diseñado por el arquitecto Karsten K. Krebs, con dos niveles subterráneos y una superficie edificada que supera los 2.000 metros cuadrados, se deteriora irremediablemente, tanto que hasta la Asociación de la Prensa renunció a aceptar la cesión del inmueble para crear un Centro Internacional de Prensa debido a su «total abandono». Éso por una parte, y por la otra, tal y como recogía la renuncia formalizada por la APS el 22 de diciembre de 2008, nunca le fue transferida al Ayuntamiento la partida de 200.000 euros que llevaba aparejada la cesión del edificio, lo que dificultaba la financiación para su restauración. Tampoco se consolidó la idea de Cartuja 93 de usarlo para erigir el Centro de Interpretación del parque y del legado de la Expo. Entretanto, el que fuera símbolo de la UE es un espacio saqueado, grafiteado, víctima de actos vandálicos y que se inunda reiteradamente, tal y como se ha denunciado en numerosas ocasiones, como ayer bien recordaba la Asociación Sevillasemueve. El tiempo, la dejadez y la falta de interés por el que fuera símbolo de la UE en la Expo 92 han jugado sus cartas e irremediablemente volverá a caer en el olvido en la vorágine de la Tecnópolis. Junto al monolito, la escultura «Europa en el corazón» de Ludmila Tcherina, de 300 kilos de peso, que fue regalada a Sevilla por su autora,no se salva del descuido. Ennegrecida, con grandes grietas y desprendimientos. se aleja de la visión del abrazo simbólico entre naciones que representa y se convierte en unión del ya viejo pabellón de la UE en alegoría del abandono que practica una ciudad. Buen lugar para una contrafoto de la Cumbre.

AURORA FLÓREZ

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